DULCE VEHEMENCIA SÓNICA
Ver a My Bloody Valentine en vivo es un seductor paseo por la línea entre la vida y la muerte, el cielo y el infierno, la ternura y la agresión. MBV nos hace entender que en este mundo los opuestos siempre coexisten... y el opuesto del amor es el odio... el del placer es el dolor. Los "ear-plugs" a la entrada del concierto te lo recuerdan. Las dulces melodías bajo nubes de "ruido" lo enfatizan.
Jamás pensé que el sonido pudiera atacarme físicamente...
Jamás pensé que sentiría una brisa emitida por parlantes...
Lo auditivo se hizo táctil.
El sonido tiene ahora masa y volumen.
No paré de moverme. MBV me zarandeó... me acarició... me enterró... me hizo volar... Todo a la vez.
Creo que éste ha sido el mejor concierto de mi vida... hasta esa próxima vez que MBV me haga nadar en su diáfana nubosidad.
The Holocaust PartI
The Holocaust Part II